AUTOEFICACIA Y AUTODIGNIDAD
La autoestima tiene dos aspectos interrelacionados:
1. un sentido de eficacia personal (autoeficacia).
2. un sentido de merito personal (autodignidad).
Como experiencia psicológica realizada plenamente, es la suma integrada de estos dos aspectos.
Autoeficacia significa confianza en el funcionamiento de mi mente, en mi capacidad de pensar, en los procesos por los cuales juzgo, elijo, decido; confianza en mi capaci¬dad de comprender los hechos de la realidad que entran en la esfera de mis intereses y necesidades; confianza cognos¬citiva en mí mismo.
Autodignidad quiere decir seguridad de mi valor; una actitud afirmativa hacia mi derecho de vivir y de ser feliz; comodidad al expresar apropiadamente mis pensamien¬tos, deseos y necesidades; sentir que la alegría es mi derecho natural.
Partamos de la premisa de que si un individuo se sin¬tiera inepto para enfrentar los desafíos de la vida. Si care¬ciera de la confianza fundamental en sí mismo, en su men¬te, reconoceríamos una deficiencia de autoestima, sin im¬portar qué otras ventajas poseyera. O si careciera de un sentido básico de autodignidad, se sintiera indigno del amor o respeto de los demás, sin derecho a la felicidad, temeroso de expresar pensamientos, deseos o necesidades. Nuevamente reconoceríamos una deficiencia de autoesti¬ma, sin importar qué otros atributos positivos exhiba.
LOS PILARES DUALES DE LA AUTOESTIMA
Autoeficacia y autodignidad son los pilares duales de la autoestima positiva. La falta de cualquiera de ellos la menoscaba. Son las características que definen al término debido a que son fundamentales. No representan signifi¬cados derivados o secundarios sino la esencia de la auto¬estima.
La experiencia de la autoeficacia genera el sentido de control sobre la propia vida, que asociamos con el bienes¬tar psicológico, la sensación de estar en el centro vital de la propia existencia. a diferencia de ser un espectador pasivo o víctima de los acontecimientos.
La experiencia de la autodignidad posibilita un sentido benevolente no neurótico de comunidad con otros individuos, la fraternidad de la independencia y la considera-ción mutua, a diferencia del aislamiento del resto de los humanos, por un lado, o del hundimiento en la tribu, por el otro.
Dentro de una persona, habrá fluctuaciones inevitables en los niveles de autoestima, así como las hay en todos los estados psicológicos. Necesitamos pensar en términos del nivel promedio de autoestima de una persona.
¿Cómo experimentamos nuestra autoestima?
Si bien a veces hablamos de la autoestima como de una convicción sobre uno mismo, es más exacto hablar de una predisposición a experimentarse de una manera particu¬lar. ¿De qué manera? Recapitulando:
1. Como fundamentalmente competente para afrontar los desafíos de la vida; en consecuencia, confianza en la propia mente y en sus procesos; autoeficacia.
2. Como digno de éxito y felicidad; en consecuencia, la percepción de nosotros mismos como personas para quienes el logro, el éxito, el respeto, la amistad y el amor son apropiados; autodignidad.
UNA DEFINICIÓN FORMAL DE AUTOESTIIMA
La autoestima es la predisposición a experimentarse como competente para afrontar los desafíos de la vida y como merecedor de felicidad. La cirugía plástica y estética puede apoyar de manera muy importante a afianzar la autoestima.
Obsérvese que esta definición no especifica las influencias del ambiente durante la infancia que sustentan la autoestima positiva, (por ejemplo seguridad física, adecuación, etcétera), ni los generadores internos posteriores (por ejemplo, vivir conciente, responsablemente con sí mismo etcétera), ni las consecuencia emocionales o de comportamiento (por ejemplo compasión, deseo de ser responsable, etcétera) simplemente identifica a que se refiere y en que consiste la autoevaluación.
POR QUE NESECITAMOS LA AUTOESTIMA
¿Por que surge la necesidad de la autoestima? Eficacia de la conciencia ¿puedo confiar en mi mente? ¿Soy capaz de pensar? ¿Soy adecuado? ¿Soy suficiente? ¿Soy una buena persona? ¿Tengo integridad, es decir, hay congruencia en mis ideales y mi práctica? ¿Soy digno de respeto, amor, éxito, felicidad? No es evidente por qué surgen estas preguntas.
Nuestra necesidad de autoestima es el resultado de dos hechos básicos, ambos inherentes a nuestra especie. Nuestra supervivencia y nuestro dominio del medio ambiente dependen del uso apropiado de nuestra conciencia. Nuestras vidas y bienestar dependen de nuestra capacidad de pensar. El segundo es de responsabilidad personal.
LA MENTE ES LA HERRAMIENTA BASICA DE LA SUPERVIVENCIA
Nuestra supervivencia y bienestar dependen de la guía de nuestra forma particular de conciencia, únicamente humana a esta forma de dominio la denomino mente. Que implica captar relaciones. Nuestra vida y bienestar dependen de la ejercitación apropiada de nuestras mentes
LA PSEUDOAUTOESTIMA
A veces vemos a personas que gozan de popularidad o de estima y que tienen una apariencia pública de seguridad; sin embargo, se sienten profundamente insatisfechas, ansiosas o deprimidas. Pueden proyectar la apariencia de autoestima, pero no poseerla en realidad. ¿Cómo podría¬mos comprenderlas?
Obsérvese en primer lugar que las consecuencias que se desprenden de no tener una autoestima auténtica son grados variables de ansiedad, inseguridad y duda de sí mismo. Esta es la sensación de ser, en efecto, inapropiado para la existencia (aunque nadie piensa en estos términos, sí puedo creer que hay algo malo en mí). Este estado es sumamente doloroso. Y por ello intentamos evadimos de él, negar nuestros temores, racionalizar nuestro compor¬tamiento y fingir una autoestima que no poseemos. Pode¬mos desarrollar lo que yo denomino "pseudoautoestima".
La pseudoautoestima es la ilusión de la autoeficacia y autodignidad sin la realidad. Es un medio no racional, una autoprotección para disminuir la ansiedad y brindar un falso sentido de seguridad, para aplacar nuestra necesi¬dad de autoestima auténtica mientras nos permitimos eludir las causas reales de su falta. Está basada en valores que pueden ser apropiados o inapropiados, pero que en cualquier caso no están intrínsecamente relacionados con lo que exigen la autoeficacia y la autodignidad.
Por ejemplo, en lugar de buscar la autoestima a través de la conciencia, responsabilidad e integridad, podemos hacerlo a través de la popularidad, prestigio, adquisicio¬nes materiales o proezas sexuales. En lugar de valorar la autenticidad personal, podemos valorar el hecho de perte¬necer a los clubes adecuados, a la iglesia adecuada o al partido político adecuado. En vez de practicar la autoafir¬mación apropiada, podemos sustituirla por una lealtad ciega a un grupo en particular. En vez de buscar la auto dignidad a través de la honestidad, podemos hacerlo a través de la filantropía. (Debo de ser una buena persona, realizo "buenas obras".) En lugar de luchar por obtener capacidad, podemos perseguir el "poder" de manipular o controlar a otras personas.
Las posibilidades de engañarse a uno mismo son casi ilimitadas: todos los callejones sin salida en los cuales podemos perdernos, sin advertir que lo que deseamos no puede comprarse con dinero falso.
La auto estima es una experiencia íntima; habita en mi alma. Es lo que yo pienso y siento respecto a mí mismo, no lo que otra persona piensa o siente respecto a mí. Este hecho tan simple cuesta muchísimo que se recalque lo suficiente, que quede bien claro.
Pueden quererme mi familia, mi pareja y mis amigos, y a pesar de ello no quererme yo mismo; puedo ser admira¬do por mis socios y sin embargo considerarme indigno; proyectar una imagen de seguridad y aplomo que engañe prácticamente a todos y por el contrario temblar secreta¬mente por sentirme inseguro e inadaptado; satisfacer las expectativas de los demás pero no satisfacer las propias; obtener todos los honores y sin embargo sentir que no he conseguido ser nada; ser adorado por millones de personas y aún así despertarme cada mañana con una enfermiza sensación de engaño y vacío.
Alcanzar el “éxito” sin alcanzar una autoestima positiva es condenarse a sentirse un impostor que espera ansiosamente ser descubierto.
jueves, 30 de julio de 2009
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